
Como estudiante de término de la carrera de Psicología Escolar, he tenido la oportunidad de observar de cerca cómo los conflictos dentro de los centros educativos afectan directamente el ambiente de aprendizaje y el desarrollo integral del estudiantado. La convivencia escolar se ha convertido en un reto crucial que demanda de nosotros, los futuros profesionales de la psicología educativa, una intervención firme, humana y constante.
Vivimos en una sociedad dominicana marcada por una elevada conflictividad. La violencia, la falta de comunicación efectiva, la frustración social y la ruptura de los lazos comunitarios se reflejan en los espacios escolares. Es urgente, entonces, que cada escuela se convierta en un lugar de transformación, en un espacio donde se siembre la paz a través del respeto, la empatía y la corresponsabilidad.
Conflictos escolares y su impacto en la calidad educativa y el rendimiento académico
La presencia constante de conflictos escolares no solo afecta la salud emocional de los estudiantes, sino que deteriora la calidad educativa. Cuando en un centro educativo predominan la indisciplina, la falta de respeto o la violencia entre pares, se obstaculiza el proceso de enseñanza-aprendizaje. El docente pierde tiempo valioso manejando situaciones problemáticas, y el estudiante se ve expuesto a un ambiente que le impide concentrarse, sentirse seguro y desarrollarse con libertad.
Por ejemplo, en un aula donde hay constantes peleas verbales o físicas entre compañeros, el profesor difícilmente podrá completar el contenido previsto. Esto se traduce en un bajo rendimiento académico para todos los estudiantes, incluso para aquellos que no están directamente involucrados en el conflicto. Además, los alumnos pueden comenzar a desarrollar rechazo hacia la escuela o manifestar conductas de evasión, como el ausentismo o la desmotivación generalizada.
La calidad educativa no puede medirse solo por las calificaciones o los resultados de las pruebas nacionales; también debe medirse por el clima escolar, por la manera en que se resuelven los desacuerdos, por la capacidad que tiene la comunidad educativa de dialogar y convivir. Si no existe un ambiente sano, es muy difícil que los estudiantes puedan desarrollarse plenamente.
Los conflictos escolares, aunque inevitables, pueden prevenirse y gestionarse adecuadamente si cada actor dentro de la comunidad educativa asume su rol con responsabilidad y compromiso.
1. Equipo de gestión
La dirección del centro escolar tiene una función estratégica en la prevención de los conflictos. Son ellos quienes deben establecer una visión clara de convivencia basada en la cultura de paz, y garantizar que existan normas claras, participativas y conocidas por todos. También deben propiciar espacios de diálogo y reflexión, y estar atentos a las señales de alerta.
Por ejemplo, un equipo de gestión que realiza asambleas estudiantiles para escuchar las inquietudes de los alumnos, que organiza talleres de resolución pacífica de conflictos y que promueve campañas contra el bullying, está sembrando una cultura de prevención.
En cuanto al manejo del conflicto, el equipo de gestión debe intervenir con firmeza y justicia. No se trata de castigar, sino de mediar, escuchar todas las partes y promover soluciones reparadoras. También debe apoyar al profesorado y al psicólogo escolar en la implementación de estrategias de intervención.
2. Profesores
Los docentes son quienes tienen el contacto diario más directo con los estudiantes. Su rol en la prevención es fundamental. Un profesor que crea un ambiente de respeto, que escucha, que trata con equidad y que conoce a sus alumnos, es un factor protector frente a los conflictos.
Por ejemplo, si un maestro promueve el trabajo en equipo, la empatía y la comunicación asertiva desde la planificación de sus clases, estará previniendo posibles malentendidos y choques entre compañeros. Además, los profesores deben estar atentos a conductas que pueden indicar conflictos latentes: cambios de comportamiento, aislamiento, agresividad repentina, etc.
Cuando ya se presenta un conflicto, el docente debe actuar con madurez emocional, sin parcialidades. Debe escuchar a todas las partes, aplicar las normas de convivencia y, si es necesario, remitir la situación al equipo de orientación o a la dirección.
3. Familia
La familia es la primera escuela. Muchos de los conflictos que se presentan en la escuela tienen su raíz en la dinámica familiar: violencia intrafamiliar, falta de límites, ausencia de modelos positivos, entre otros.
En la prevención, la familia debe educar en valores desde el hogar, enseñar el respeto a la autoridad, la tolerancia y el autocontrol. También debe mantener una comunicación abierta y frecuente con la escuela, no solo para “enterarse de los problemas”, sino para formar parte activa del proceso educativo.
Cuando ocurre un conflicto, es esencial que los padres o tutores no adopten una actitud defensiva o acusadora. Deben colaborar con las autoridades escolares y apoyar los procesos de mediación y acompañamiento. Un padre que dialoga con su hijo, que busca entender su comportamiento y que trabaja junto a la escuela, es un gran aliado en la resolución del conflicto.
4. Estudiantes
Aunque a veces se les excluye de las estrategias de prevención, los propios estudiantes pueden ser agentes de paz. Es necesario empoderarlos para que entiendan que la convivencia es responsabilidad de todos. A través de la formación en habilidades sociales, resolución de conflictos, inteligencia emocional y liderazgo positivo, los alumnos pueden aprender a gestionar sus diferencias de forma sana.
Un estudiante que practica la escucha activa, que se pone en el lugar del otro antes de responder con agresividad, que respeta a sus compañeros, está contribuyendo activamente a la cultura de paz. También pueden existir grupos de mediación entre pares, donde los propios estudiantes ayudan a resolver conflictos menores antes de que escalen.
5. Psicólogo Escolar
Aquí es donde entra mi rol y mi vocación. El psicólogo escolar tiene la responsabilidad de observar, analizar, intervenir y educar. Su labor no se limita a atender casos individuales, sino que debe impactar en toda la comunidad educativa.
En la prevención, el psicólogo puede diseñar programas de desarrollo socioemocional, campañas de sensibilización, talleres para docentes y estudiantes, y actividades de fortalecimiento del clima escolar. También debe estar atento a los factores de riesgo y promover una cultura de escucha y acompañamiento.
En el manejo del conflicto, actúa como mediador, facilitador y terapeuta. Ayuda a los involucrados a identificar emociones, responsabilidades y consecuencias. Propone alternativas de solución, facilita el diálogo y hace seguimiento para asegurar que el conflicto no se repita.
6. Orientador Escolar
El orientador trabaja de la mano con el psicólogo, pero con un enfoque más pedagógico y formativo. En la prevención, su papel está en la educación en valores, el desarrollo de la vocación personal y la promoción de relaciones positivas.
Puede diseñar planes de tutoría, encuentros con padres y actividades de integración entre estudiantes. También apoya a los profesores en el manejo de grupos difíciles y participa en la elaboración de normas de convivencia.
Cuando el conflicto ya está presente, el orientador sirve como guía y consejero. Acompaña a los estudiantes en la reflexión, les ayuda a encontrar sentido a lo ocurrido y les orienta en el camino de la reparación del daño y el crecimiento personal.
Reflexión final
Trabajar por una convivencia escolar sana es mucho más que “resolver problemas”; es construir día a día un ambiente donde los estudiantes se sientan seguros, valorados y respetados. Como futura psicóloga escolar, me comprometo a ser una aliada del cambio, a escuchar con empatía, a intervenir con respeto y a educar con amor. Porque solo a través del diálogo, el acompañamiento y la formación humana podremos lograr que cada escuela sea un espacio de paz y esperanza para todos.
Bibliografía:
• Ministerio de Educación de la República Dominicana (MINERD). (2020). Normas de Convivencia Escolar.
• Galtung, J. (1998). Educación para la Paz: Algunas Reflexiones.
• UNESCO. (2023). Convivencia escolar y cultura de paz: Guía para escuelas.
• ChatGPT (2025). Apoyo estructuración de contenidos. OpenAI.
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